¿Cómo enfocar estos días hasta el domingo?
- Leeremos las instrucciones que ha publicado recientemente el Tribunal de la oposición, prestando atención al horario de apertura de facultades y lugar de consulta del aula y facultad asignada. También debemos tener claro los objetos personales que no podré introducir en el aula, así como el material obligatorio y permitido para realizar los ejercicios, etc. Dichas instrucciones se adjuntan al final de este documento.
- Asimismo, prestaremos atención a los criterios de corrección de las dos partes (test y supuestos prácticos) del ejercicio que vamos a realizar, también publicado por el Tribunal. Se adjunta también al final.
- Combinaremos el repaso con un adecuado descanso. Procuraremos proporcionarle ese descanso tan necesario a nuestro cerebro en estos días previos, pues es nuestra herramienta más valiosa para alcanzar un rendimiento óptimo el domingo y poder luchar por nuestro objetivo.
- No caer en pensamientos negativos, que probablemente nos generarán: fatiga, estrés, desmotivación, así como un menor rendimiento. En su lugar, invirtámoslo, dando entrada a pensamientos positivos, visualizando que vamos a realizar un buen examen, porque lo hemos preparado bien y a fondo durante mucho tiempo atrás. Si lo visualizas, estarás un poquito más cerca de lograrlo.
- Rodéate, asimismo, de personas que te proporcionen paz, serenidad y que den un plus de confianza y autoestima. Todo ello, mejorará nuestra capacidad y rendimiento.
- Relaciónate con la naturaleza, respira aire puro e hidrátate bien. Toma alimentos sanos que te proporcionen energía y colaboren con tu descanso.
- No te obsesiones con factores NO controlables, del tipo: como será de difícil el examen , si irá la gente ese día más lúcida y preparada que yo, si me encontraré en mis mejores condiciones…Por el contrario, enfócate en tus virtudes y en lo que puedes realmente controlar: como el gran trabajo que has hecho, o lo mucho que tienes que ganar a cambio de lo que puedes perder (que a fin de cuentas y en el peor de los casos sería seguir igual). Vemos “la botella medio llena”.
- Preparo con tiempo el material obligatorio (DNI, bolígrafos…), así como los objetos permitidos e importantes para afrontar las pruebas (botella pequeña de agua transparente). Lo dejaré todo preparado en un lugar donde no olvide llevarlo conmigo cuando inicie mi viaje hacia el examen.
- Calculo previamente la ruta más aconsejable y medio de transporte para ir a la facultad marcada.
El día del examen:
- Me despierto con suficiente antelación, desayuno lo habitual, aquello que sé que me sienta bien, y salgo con tiempo de sobra respecto al tiempo calculado, para llegar a mi facultad de examen sin
aprietos. Ello contribuirá a no aumentar el estrés propio del día. - No experimentes tomando aquellos suplementos o medicación cuyos efectos no tengas absolutamente controlados. Cuidado con quienes recetan “fórmulas mágicas”.
- Antes de partir con dirección al lugar de examen, recuerda llevar contigo todo lo necesario para realizar las pruebas.
- Tener en cuenta que Madrid es una ciudad donde a veces el tiempo de desplazamiento es un poco imprevisible, y que ese día, por el elevado número de opositores, será masivo a la Universidad de Madrid. Si voy en mi propio vehículo, llegar temprano es primordial para encontrar aparcamiento de forma tranquila en las proximidades a la facultad en la que me examino.
- Beber agua para estar hidratados, pero con moderación, pues a pesar de que debamos ir al baño previamente al examen, el hecho de ingerir una excesiva cantidad de líquido, puede generar un situación incómoda y estresante dentro del aula, una vez que no se permita durante un tiempo determinado acudir de nuevo al w.c.
- Una vez en la facultad que tengo asignada, debo tener en cuenta que puede demorarse la entrada a las aulas por cuestiones de tipo organizativo del Tribunal y sus colaboradores. Ello no debe alterar mi paz interior ni mi estado de ánimo. Mi objetivo siempre claro: hacer el mejor papel posible, y nada más que pueda distraerme del mismo.
- Por ello, y durante ese compás de espera, tan solo procuraré mantener conversaciones que me generen sensaciones positivas. De las demás procuraré evadirme, o bien mantenerme al margen, conservando siempre de forma intacta mi concentración y protegiendo mi objetivo.
- Si me siento ansioso en cualquier momento, llevaré a cabo una respiración profunda, calmada y serena, que me ayude a recuperar mi calma en la medida de lo posible.
- Comprendo que estar nervioso/a no es nada anormal, sino lógico de la situación que estoy viviendo en esos momentos. De hecho, una situación de “alerta” y de ciertos nervios moderados y controlados, generan que se esté alerta y concentrado para responder de manera óptima a lo que me enfrento, mejorando el rendimiento. Este pensamiento también me ayudará, de nuevo, a recuperar esa serenidad necesaria.
- Mi actitud ante todo: voy a dar la mejor de mí mismo, ha llegado el momento de desarrollar todo lo que he aprendido y lo mucho que sé. Además, al ser tipo test, tendré siempre delante la respuesta correcta, es cuestión de visualizarla.
- Tan solo caben en mi cabeza pensamientos positivos: lo haré bien; todo esto lo he entrenado mucho, si el examen es difícil lo será para tolos; no titaré la toalla bajo ningún concepto; no me auto suspenderé yo jamás; todo lo que salga o la gran mayoría lo habré visto y trabajado antes, por lo que solo necesito calma para ver la opción correcta.
- Estar pendientes del llamamiento para acceder a las facultades y aulas, teniendo preparado el DNI.
- Antes de entrar al aula, acudir al baño para aguantar bien el tiempo que sea necesario hasta que podamos ir de nuevo.
- Entrar al aula tan solo con el material obligatorio y los objetos permitidos.
Una vez dentro del aula asignada:
- Una vez en el aula, seguir de manera estricta todas las directrices u órdenes que se reciban por parte del personal encargado de vigilar el examen, así como de cualquiera de los miembros del Tribunal: nos recordarán el tiempo máximo para la realización de cada parte, qué se puede o no tener sobre la mesa, cómo rellenar la hoja de respuestas, etc.
- Asegurarme de rellenar de manera correcta todos mis datos y no abrir el cuadernillo hasta que se me indique.
- Tener claro, por si se nos da el caso, de qué manera se puede anular una respuesta y elegir otra, así como también recuperar una respuesta que hemos anulado. Nos darán las oportunas indicaciones para ello, y también viene recogido en las instrucciones publicadas.
- Tener en cuenta que no se podrá abandonar el asiento durante los primeros y últimos 15 minutos de la duración total de cada parte del ejercicio.
- Cuando el personal nos lo indique, podremos abrir el cuadernillo de examen y comenzará el tiempo marcado: recordad que en la primera parte del ejercicio (test) se disponen de una hora y cuarenta y cinco minutos, constando de 120 preguntas con 4 respuestas múltiples, más 3 preguntas de reserva. En la segunda parte (supuestos prácticos) dispondremos de una hora y veinte minutos para contestar ocho supuestos de carácter práctico, y cada supuesto contendrá cinco preguntas con cuatro respuestas múltiples. En ambos casos las contestaciones erróneas se penalizarán con un tercio del valor de una contestación y las preguntas en blanco no penalizan.
- Durante la realización de las pruebas recuerdo llevar a cabo la técnica de la respiración, especialmente incido en “autorregularme” si siento que aumenta mi nivel de ansiedad. Ser consciente de que si el examen está siendo complicado para mí, y tengo preparación, significa que también lo está siendo para el resto. Si “llueve, llueve para todos”. Y después de la tempestad siempre llega la calma. Esto contribuirá a relajarme.
- A lo largo del examen, puede que atraviese por uno o varios bloque de preguntas que sean de un nivel más complicado o que controle menos. Si es así evito agobiarme demasiado, pues muy pronto empezarán a aparecer aquellas preguntas que controlo y que, si no fallo, me darán muy probablemente el aprobado.
- La oposición no se pierde en las preguntas más difíciles, rebuscadas o descontextualizadas, sino que se dirime en las preguntas que controlamos de verdad y que serán la mayoría. Por ello, no permitiré que las preguntas rebuscadas alteraren mi concentración y capacidad ante aquellas que me darán la plaza.
- Todas las preguntas, sean más o menos difíciles para mí, puntúan exactamente lo mismo. Por ello, no me detengo demasiado en una pregunta si no la veo clara y tengo dudas. En tal caso, le hago una marca en el cuadernillo de preguntas (nunca en la hoja de respuestas), y de esta manera podré localizarla y volver a ella de manera más rápida cuando termine el cuestionario.
- Si dudo tan solo entre dos respuestas, la tendencia debe ser a contestar. Es “cara o cruz”, por tanto 50% de probabilidad. No debo anteponer, en tal caso, el hecho de protegerme de una penalización de un tercio, sobre la posibilidad de sumar un punto (a que directamente renuncio si no contesto). Cuando dudo entre más de dos respuestas, es cuando debo plantearme dejar esa pregunta en blanco, pues la probabilidad de acierto disminuye considerablemente. Será importante gestionar, en función del examen, el riesgo que asumo y la cantidad de preguntas que puedo dejar en blanco, intentando en la mayoría de los casos, que no sean demasiadas.
- Importante: si me salto una pregunta por cualquier motivo, ir acorde de la misma forma en la hoja de respuestas, evitando así una secuencia de errores en cadena si no tengo en cuenta que debo dejar también ese mismo espacio sin responder en dicha hoja de respuestas.
- Sobre el cuadernillo de preguntas se puede escribir, anotar, subrayar, hacer marcas, etc. No así sobre la hoja de respuestas, donde tan solo deben hacerse las marcas oportunas conforme a las instrucciones para contestar a dichas preguntas.
- Controlar el tiempo que nos queda para finalizar y seguir nuestra estrategia personal que hayamos venido entrenando a tal fin, y para ello podremos llevar un reloj analógico (que esté permitido).
- Procurar, siempre que nos dé tiempo a ello, repasar todas nuestras respuestas y comprobar que van acorde con nuestra voluntad: contesté lo que quise contestar.
- No cambiar las respuestas que inicialmente elegimos por miedo, estrés o ansiedad de última hora, salvo error obvio de comprensión o de lectura, ya que normalmente la primera elección suele ser la correcta, debido a que nuestro cerebro está acostumbrado y entrenado precisamente para realizar esa búsqueda y elección “a vista de pájaro”. Por tanto, solo cambiaremos nuestra primera elección ante un fallo evidente y nunca guiados por el miedo o la ansiedad.
- No escribir absolutamente nada una vez que se nos comunique que ha finalizado el tiempo.
- Recomendable llevarse el cuadernillo de preguntas, así posteriormente podremos comprobar lo que hemos contestado a cada pregunta con nuestra hoja autocopiativa de respuestas. Para poder llevarnos el cuadernillo de cada uno de las partes, deberé esperar a que finalice el tiempo total de cada una de ellas.
Entre la primera y la segunda parte del ejercicio:
- Acudir al baño, hidratarse de manera moderada, comer algo que nos proporcione energía (como fruta o que contenga azúcar) y procurar aprovechar ese tiempo de descanso para relajarse, desconectar en la medida de lo posible y recuperar fuerzas.
- Estar de nuevo preparados para entrar al aula antes de que finalice el tiempo máximo de descanso que se nos haya dado entre la primera y segunda parte del ejercicio.
Una vez finalizado el examen :
- Evitar pensamientos negativos o entrar en bucle sobre lo que debí de hacer, lo que debí de responder, que fallo más clamoroso tuve, etc. Para bien o para mal ya está “todo el pescado vendido”, y en muy pocos días sabremos las respuestas correctas cuando publiquen las plantillas oficiales de respuestas.
- Hasta entonces, solo queda esperar y decirnos a nosotros mismos: hice todo la posible y ya solo queda aguardar a los resultados. Si sale bien, seré un afortunado al haber alcanzado mi objetivo. Si no es así, el tiempo que he invertido no ha sido ni mucho menos perdido, sino que estoy mucho más cerca de lograrlo en la próxima oportunidad que se presente.
- Pase lo que pase, jamás me rindo, jamás me desvío de mi objetivo, pues si visualizo mi meta de forma clara, terminaré alcanzándola sin ninguna duda. Solo los que tiran la toalla fracasan, pues mientras me levante una vez más de las que me caiga, tan solo serán obstáculos para alcanzar la cima.
¡Mucho ánimo y fuerza, a dar tu mejor versión!